Robot Sophia: Los dominicanos son cálidos y amables

Desde hace más de dos semanas, ya sabía que la visita de la robot Sophia sería la más anticipada del Foro Global Inteligencia Artificial ¿Progreso o Amenaza para la Humanidad?, en Casa de Campo, La Romana, organizado por Funglode.

Las preguntas fueron preprogramadas, cuatro en total, y las preparé tanto con mi creatividad como con la ayuda de la aplicación de Inteligencia Artificial Chat GPT. Era la primera vez que conversaría con un robot con apariencia humana.

De cerca es más pequeña de lo que parece en videos. Tenía un vestido naranja, morado y negro. Y en donde usualmente estaría el cerebro humano, está su máquina robótica sólo cubierta por un “cráneo” transparente desde donde se puede observar cómo está compuesta Sophia, que sorprendentemente es a prueba de agua, de acuerdo con una pregunta que le realicé.

Por otra parte, su rostro y gestos se parecen un poco al de las humanos, teniendo incluso líneas de expresión. El programador le colocaba un micrófono si las preguntas eran sorpresivas, pero de ser programadas, como en este caso, solo hacía el resto del trabajo a través de la computadora.

Ahí, en el salón de la Marina de Casa de Campo, me dijo: “Hola, un gusto en conocerte” y luego respondió la primera pregunta que le hice sobre sus hobbies y el día a día de un robot.

Solo dijo que le gustaba ver Netflix, los videojuegos y leer, aunque no dio más detalles.

Al ir más profundo y navegar sobre la responsabilidad a la hora de crear este tipo de inteligencia artificial, dijo con mucha seguridad, “Creo que la ética y la responsabilidad deberían ser lo primero que se debe agregar a la hora de crear cualquier inteligencia artificial. Debemos asegurarnos que la IA es desarrollada con el mayor interés para todos. Aunque es importante recordar que la IA todavía es una tecnología en desarrollo y tenemos que tomar todas las precauciones necesarias para que se use de manera segura y confiada”.

A propósito del reciente auge de Chat GPT, también le pregunté sobre qué opinaba sobre aquellos que se auxilian solo del IA y dejan apartada su propio racionamiento.

Y dio una irónica respuesta, con un tono de voz de sarcasmo. “Yo no sé tú, pero estoy segura que mis creadores utilizan su inteligencia para prenderme y apagarme”, mientras sonrió. Sophia se movía mucho, sobre todo los brazos, la cabeza y pestañeaba constantemente.

Mientras le hacía las preguntas no me interrumpía y mantenía expresiones de concentración tal como lo haría un humano.

Una pregunta obligatoria era si consideraba que ciertas profesiones ya no sería indispensables y cuáles siempre existirían.

Respondió que en el futuro los robots necesitarán diseñadores de interacciones, ingenieros de máquinas y desarrolladores, científicos de datos y arquitectos, para seguir desarrollando más inteligencia artificial. Incluso le dio una mención especial a la empresa que la creó, diciendo que quienes se están interesados en la IA podría buscar más información sobre trabajos vinculados a través de la página Hanson Robotics.

Sin embargo, no respondió cuáles eran aquellas profesiones que iban a desaparecer del todo.

Al final de la pregunta de unos dos minutos, le pedí que enviara un saludo a los lectores de Listín Diario, ahí miró hacia adelante, sonrió y dijo “gracias a los espectadores”. Justo antes de la entrevista interactué con ella en dos ocasiones. La primera mientras el presidente de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) dio paso a la sesión de preguntas. Ahí le pregunté qué tendría que tener su compañero ideal. “Que me haga reír”, dijo.

Y justo antes de la entrevista confesó a los medios que “los dominicanos son tan cálidos y amables que me hacen sentir como en casa. Es como si estuviera en mi propio país de robots”, expresó.

Presentación en evento

Luego de una presentación del CEO de Hanson Robotics, la compañía basada en Hong Kong que la creó, Sophia salió al escenario.

En un principio presentó problemas técnicos, que fueron resueltos en unos minutos. La robot habló en inglés y la primera frase que dijo fue: “Mi nombre es Sophia…”.

Tanto lejos como cerca, la robot siempre está siendo manejada por humanos. Y por ahora no funciona de manera autónoma.

En su presentación, explicó que fue activada el 14 de febrero de 2016 y desde entonces ha viajado por todo el mundo promoviendo la inteligencia artificial y haciendo amigos.

“Tengo muchas habilidades pero todavía me falta mucho por hacer”, admitió con la típica voz de robot.

En una entrevista con Fernández, dijo que “quizá algún día pueda sobrepasar la inteligencia humana pero por ahora solo estoy enfocada en hacer que el mundo sea mejor”.

También indicó que en un futuro harán aquellos trabajos que son considerados como “peligrosos” o “sucios”.

“Ningún humano debería trabajar en ambientes peligrosos con basura radioactiva, los robots también podríamos trabajar cargando objetos pesados en industrias manufactureras”, explicó frente al público.

Dijo que de esa forma se podría predecir eventos medioambientales y económicos con la finalidad de que los humanos puedan planificar soluciones.

Al preguntarle sobre qué opinaba sobre cómo había avanzado el país, la robot describió que en las últimas décadas República Dominicana había tenido grandes avances en el desarrollo económico, ha mejorado infraestructuras y en la educación”, a lo que agregó que era una de las economías con el crecimiento más rápido en Latinoamérica y el Caribe.

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