Qué debes hacer (y qué no) para prevenir el cáncer de mama

Lo habrás escuchado mil veces: “Hay que hacerse una mamografía una vez al año para detectar a tiempo un posible cáncer de mama”. Pues bien, eso no es totalmente cierto, o al menos no lo es en todos los casos: depende de tu edad. Y es que someterse a esta prueba demasiado pronto puede traerte más problemas que beneficios, tal y como explica la doctora Silvia Pérez Rodrigo, responsable de Radiología Mamaria del MD Anderson Cancer Center de Madrid y del Hospital Quirón La Luz: “La realización periódica de mamografías antes de los 35 años no está indicada, porque, al empezar tan joven, la radiación acumulada tras muchos años aumentaría el riesgo de padecer un cáncer de mama a largo plazo”.

Entonces, ¿qué tengo que hacer?, te estarás preguntando, sobre todo estos días en los que nos bombardean con tantos mensajes sobre esta enfermedad, puesto que el 19 de octubre se celebra el Día Internacional Contra el Cáncer de Mama. Para empezar, deberías llevar una vida lo más saludable posible, porque de esa manera reducirás el riesgo de padecer esta dolencia hasta en un 40%, según Emilia Gómez Pardo, doctora en Bioquímica y Biología Molecular y asesora científica de la Fundación Cris Contra el Cáncer. En concreto, hay cumplir estas cinco pautas: tener un peso adecuado; llevar una buena alimentación (aficiónate a las verduras, las frutas y las legumbres, y ve olvidándote de cenar carne roja un día sí y otro también); hacer ejercicio (¡apaga Netflix y levántate del sofá!); reducir al máximo el consumo de alcohol y evitar el tabaco (ya tienes otra razón para dejar de fumar de una vez por todas).

Cáncer de mama: información de experto para la prevención
Lo de llevar una vida saludable resulta bastante obvio, pero en lo referente a la parte médica no es tan fácil aclararse. Una vez que hemos aprendido que antes de los 35 años NO hay que hacerse mamografías, vamos a resolver otros interrogantes con la ayuda de la doctora Pérez Rodrigo.

¿Debería hacerme autoexploraciones?
Sí. “Una de las cosas más importantes para las pacientes menores de 35 años es que se exploren periódicamente para conocer su tipo de mama. Aunque generalmente suelen ser mamas llenas de bultitos, si de repente saliera alguno diferente se darían cuenta y podrían acudir al ginecólogo. Este les derivará al radiólogo cuando sea necesario, y en esos casos se realizará una ecografía de mama”, explica la doctora.

¿En qué consiste una ecografía de mama?
Al igual que la mamografía, sirve para hacer una especie de foto de la zona. Pero a diferencia de ella, “no emite radiación y la paciente se encuentra tumbada en una camilla, no de pie”, indica Pérez Rodrigo.

¿Cuál es la manera correcta de hacerse una autoexploración?
“Colócate frente al espejo con un brazo levantado. Con el otro, ve realizando movimientos circulares alrededor del pezón, en el sentido de las agujas del reloj. Pellízcate alrededor de la areola para comprobar si sale algún líquido por el pezón. A continuación, sube hasta tocar la zona de la axila. Y repite los mismos pasos con la otra mama”, señala la radióloga. Ella recomienda seguir este proceso entre 6 y 16 días después de que te haya bajado la regla. Fíjate bien en si notas algún bultito nuevo o si ves rojeces, asimetrías entre las dos mamas, un hoyito en la piel, durezas, cambios de color en la piel o la inversión del pezón.

Si noto un bulto, ¿tengo que asustarme?
“Se considera un signo de alarma, así que hay que acudir al médico. Sin embargo, es recomendable esperar unos días después de que se haya acabado la regla, por si desaparece”, señala la radióloga. Pero no te pongas a temblar antes de tiempo: la doctora Silvia Pérez Rodrigo dice que, en mujeres jóvenes, “la mayoría de los bultitos son fibroadenomas y por lo tanto benignos”.

¿Cuál es la diferencia entre un fibroadenoma y un quiste?
“El fibroadenoma es como un bultito que sale dentro de la mama y que a veces se nota también por fuera. Es como si te sale un lunar en la piel. Sin embargo, cuando lo detectamos por primera vez, hay que realizar controles ecográficos cada poco tiempo, para comprobar que no cambia, porque en ese caso habría que realizar una biopsia”. En cuanto a los quistes, son “bolitas de líquido dentro de la mama y normalmente no hace falta controlarlos”. Ojo: tanto el fibroadenoma como el quiste es una lesión benigna.

Si hay antecedentes de cáncer de mama en mi familia, ¿debo tomar más precauciones que el resto de las chicas de mi edad?
Según la doctora, ese factor aumenta las probabilidades de que tú llegues a padecer también la enfermedad. “Es importante saber qué familiares y a qué edad lo han tenido, porque eso va a determinar cuándo tienes que empezar a realizarte estudios de imagen”, dice. Por ejemplo, si tu madre sufrió cáncer de mama a los 45 años, tú deberías comenzar a evaluarte a los 35 años, según las recomendaciones europeas.

¿Cuál es la diferencia entre un ginecólogo y un radiólogo?
El primero te realizará una exploración física y configurará tu historia clínica. “Los radiólogos somos especialistas en ver la mama por dentro, utilizando métodos de imagen. Decidimos qué pruebas son las más adecuadas para poder estar seguros de que una paciente no tiene nada o, al contrario, presenta un hallazgo que requiere más estudios”, resume la experta del MD Anderson Cancer Center.

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