¿Cómo prevenir defectos congénitos antes del embarazo?

Las anomalías que se producen en el embrión, feto o bebé, mientras se gesta dentro del útero de la mujer, son conocidas como defectos congénitos. Para que cumplan la condición que los denomine como congénitos, deben ser alteraciones presentes desde el nacimiento.

La mayoría de ellos se originan en el primer trimestre del embarazo, pudiendo manifestarse tiempo después o ser detectables en ese mismo momento.

El defecto congénito puede alterar la anatomía del cuerpo del bebé, o puede alterar el funcionamiento de algún sistema u órgano. La gravedad es variable en estas alteraciones.

Algunas son totalmente compatibles con la vida y no generan mayores inconvenientes al ser humano una vez ha nacido. Otras son de gravedad intermedia, provocando incapacidades duraderas o requiriendo un tratamiento crónico, incluso hasta cirugías al recién nacido.

También hay defectos congénitos que son incompatibles con la vida, provocando abortos o la muerte del recién nacido apenas sale del útero.

Causas de los defectos congénitos vinculadas al ADN

Lamentablemente, en la mayoría de los casos concretos de embriones, fetos o recién nacidos con anomalías congénitas, se desconocen las causas. Pero a veces se puede dar con ellas. Aquí te enumeramos, primero, las causas conocidas vinculadas al ADN:

  • Alteraciones cromosómicas: el origen es un error en los cromosomas del óvulo o del espermatozoide. Una vez que se forma el huevo, queda conformado con una cantidad anormal de cromosomas, algún cromosoma roto, o ubicado en otro lugar. Un ejemplo es el Síndrome de Down.
  • Anomalías genéticas: el origen es una alteración de un gen concreto. Los errores genéticos pueden ser hereditarios o producidos por daños en los genes durante la fecundación. Algunos ejemplos son la acondroplasia, la fibrosis quística o la fenilcetonuria.
  • Causa poligénica: si bien se supone que el problema original en estos casos son múltiples alteraciones combinadas, genéticas y cromosómicas, no hay exactitud para definirlas. Son ejemplos la espina bífida, la anencefalia, el labio leporino o la luxación congénita de cadera.

Causas externas de los defectos congénitos

Te comentamos, ahora, en segundo lugar, las causas de origen externo al embrión o feto, que pueden generar un defecto congénito:

  • Enfermedades maternas durante la gestación: pueden alterar la formación del embrión o feto, provocándole un defecto congénito. Las madres diabéticas que no logran controlar la glucemia, las hipertensas que no consiguen controlar su tensión o las hipotiroideas no medicadas adecuadamente son algunos ejemplos.
  • Origen ambiental: las infecciones que contrae la madre durante la gestación pueden alterar el desarrollo de la gesta. Podemos mencionar aquí a la rubéola, la toxoplasmosis, la sífilis y la varicela.

Medidas para prevenir los defectos congénitos

La planificación de un embarazo saludable es posible. Estas son las medidas que una mujer puede tomar, fácilmente, para disminuir el riesgo de que su bebé padezca una anomalía congénita:

Una dieta rica en ácido fólico previene defectos del sistema nervioso del feto
  • Evitar el alcohol: la indicación para la mujer embarazada es no tomar nada de alcohol durante la gestación, en ningún trimestre. Ninguna bebida alcohólica ha demostrado ser inocua para el embrión o feto.
  • Alejarse del tabaco: el tabaco y la nicotina se han asociado a partos prematuros y a fisura palatina en los bebés. La mujer embarazada no debe fumar, ni tampoco permanecer en ambientes donde otras personas fuman.
  • No utilizar drogas recreativas: la cocaína, la marihuana y el éxtasis afectan el desarrollo gestacional de un bebé. Estas drogas se han asociado a niños que nacen con bajo peso y con defectos anatómicos importantes, en las vías urinarias y en el corazón.
  • Prescindir de medicamentos no prescriptos: hay medicamentos que no tienen indicación de uso en las mujeres embarazadas porque alteran el desarrollo embrionario provocando defectos congénitos. Una embarazada no debe automedicarse nunca.

La importancia del control médico del embarazo

El control médico del embarazo, así como las consultas previas a la fecundación de las parejas que planifican tener hijos, son fundamentales. El profesional de la salud está capacitado para detectar alteraciones a tiempo, diagnosticas y tratarlas.

Así mismo, también está formado para brindar los consejos adecuados que prevengan defectos congénitos. Dos son las acciones primordiales de un médico en relación a la mujer que planea quedarse embarazada, o que se encuentra controlando su gestación:

El médico juega un rol fundamental en la prevención de los defectos congénitos
  • Vacunar: es importante que la mujer tenga actualizado su calendario de vacunación al momento de quedar embarazada, y que se coloque aquellas vacunas que el médico le indicará durante el embarazo.
  • Controlar las patologías maternas: tanto las enfermedades pre-existente como las surgidas a razón de la gestación, como la diabetes, la hipertensión o el hipotiroidismo, deben estar controladas para que no afecten al desarrollo del embrión o del feto.

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