Miomatosis uterina gigante: qué es y cómo se trata

Muchas mujeres son diagnosticadas con miomas uterinos. Estos son neoplasias benignas en el útero que no suelen causar mayores problemas. Sin embargo, pueden derivar en una miomatosis uterina gigante.

La miomatosis uterina gigante, también conocida como por el nombre de leiomioma uterino, es un mioma que alcanza unas grandes dimensiones. A pesar de que es extraño encontrar casos de miomas de 11 kg, esto a veces puede aparecer en las consultas de ginecología.

Por todo esto, queremos recordar la importancia de realizar revisiones periódicas para que en el caso de presentar miomas los médicos puedan hacer un seguimiento y ver si están aumentando su tamaño progresivamente o no.

Miomatosis uterina gigante y sus síntomas

El mioma uterino causará presión sobre el abdomen, siendo esta la causa principal de sus síntomas característicos.

Ahora que ya sabemos que la miomatosis uterina gigante no es más que un mioma que presenta un tamaño mucho más grande lo normal, es necesario que sepamos los síntomas que pueden alertarnos de su presencia.

No obstante, queremos dejar claro que la miomatosis uterina gigante no indica, por lo general, que estemos ante un tumor maligno. Aunque, en ocasiones, algunas pacientes han recibido un diagnóstico de mioma o quiste borderline. Esto quiere decir que está en el límite de ser algo que, realmente, sea dañino para la salud.

Abdomen inflamado

Uno de los síntomas de la miomatosis uterina gigante es la hinchazón del abdomen. En un principio podemos confundir este síntoma con gases, no obstante, si el médico nos hace una exploración observará cómo el vientre está duro en lugar de blando.

Es importante acudir lo antes posible a un especialista para que nos realice una ecografía y pueda ver el mioma. La razón está en que es necesario ponerle solución a los incómodos síntomas que descubriremos seguidamente.

Acidez

Entre ellos, el dolor abdominal y la acidez pueden provocar graves molestias y alarmas.

La acidez, junto con el síntoma anteriormente mencionado, es lo más común. A medida que el mioma aumenta su tamaño va a presionar la pared del estómago, tal y como lo haría un bebé. Por ello, en determinados momentos podemos sentir una acidez de estómago incómoda y que puede obligarnos a tomarnos un descanso.
Dolor y hemorragia

El dolor que puede manifestarse cuando tenemos una miomatosis uterina gigante puede ser agudo o, simplemente, una molestia constante que suele presentarse cuando estamos de pie.

También, debemos prestar atención a si sufrimos sangrado durante la menstruación mucho más abundante, prolongada y con coágulos. De igual manera, se pueden presentar pérdidas entre una menstruación y otra.

Infertilidad

Otro de los síntomas de la miomatosis uterina gigante es que la presión que puede ejercer en la zona puede alterar el funcionamiento de las trompas de Falopio, evitando que el embrión se implante y crezca normalmente.

Esta presión que ejerce el mioma también puede derivar en otro tipo de síntomas. Por ejemplo, incontinencia urinaria o problemas de estreñimiento.

¿Cuál es se trata la miomatosis uterina gigante?

La consulta periódica a tu ginecólogo descartará la posibilidad de sufrir esta y otras afecciones similares.

Cuando alguien de nuestra familia tiene también miomas o nos los han diagnosticado, es imprescindible que nos hagan un seguimiento ginecológico de, al menos, una vez al año.

Si nunca hemos asistido a este tipo de revisiones, tendremos que estar atentos a los síntomas mencionados anteriormente. Ante cualquier molestia, dolor, síntomas de incontinencia urinaria o demás, es mejor ponernos en manos de un profesional.

Tratamiento hormonal: permiten reducir el tamaño de los miomas antes de someternos a una cirugía, ya que este tratamiento no resulta definitivo.
Resección histeroscópica: es una cirugía poco agresiva que permite conservar la función reproductora. Es una opción muy utilizada en mujeres jóvenes.
Operación laparoscópica: es una cirugía en la que se pueden extraer los miomas o, también, el útero en el caso de que sea necesario.
Cirugía tradicional: en este caso se realiza una incisión en el abdomen, similar a la cesárea, para extraer el mioma y el útero (en los casos en los que se requiera). Esta opción solo es válida cuando el mioma no reduce su tamaño.

A pesar de que se recomienda empezar a realizar las primeras visitas al ginecólogo al comenzar a tener relaciones sexuales, existen muchas jóvenes de 17 años o incluso menos que pueden sufrir este problema.

Por lo tanto, es necesario acudir a estas revisiones como acudimos al médico de cabecera y prestar atención a los síntomas mencionados. Esto permitirá recibir un tratamiento adecuado lo antes posible.

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