Tener una dieta sana sin ansiedad es posible (y no tan difícil como parece)

Nadie dijo que llevar un ritmo de vida tan estresante y con tantas preocupaciones fuera sencillo, y en ocasiones acabamos presos de la ansiedad. Esforzarnos en cuidarnos en el día a día es la clave y ser constantes también, por lo que mantener ciertos hábitos de manera prolongada en la dieta nos va a llevar hacia una alimentación más saludable y sin preocupaciones.

Como confirma Ana Paula Pancieri en un estudio de la Universad de Sao Paulo, "existe una correlación positiva entre las puntuaciones en ansiedad y compulsión por la comida", por lo que al ser un problema frecuente hoy nos disponemos a intentar solventarlo. Para empezar tienes que tener claro que estas situaciones no tienen por qué llegar únicamente cuando estamos siguiendo un plan de alimentación tradicionalmente considerado como dieta de restricción, sino que en la mayoría de ocasiones los estímulos son externos y la tomamos con la comida.

¿POR DÓNDE EMPEZAR CUANDO NO VES SOLUCIONES?
Aunque parezca difícil establecer un plan de trabajo, la dieta sin ansiedad es posible y tendremos que empezar por nuestro entorno más personal en las situaciones en casa y en el trabajo y es que la sensación de estrés desencadena en la ansiedad. Como confirma el profesor del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, "los episodios de descontrol con la comida que la gente considera ingesta compulsiva tienen dos aspectos en común: la cantidad se considera excesiva -aunque puede no parecérselo a quien lo ve desde fuera- y, sobre todo, se tiene la sensación de perder el control".

Si crees que puedes estar sufriendo cierta ansiedad, te planteamos comenzar por intentar controlarte incluyendo en nuestras comidas alimentos duros que nos obliguen a masticar y tener una pequeña rutina de mascado que además nos ayudará en el proceso de digestión.

LA CAFEÍNA Y EL ALCOHOL NO SON LOS MEJORES COMPAÑEROS DE VIAJE

Desconectar con buena compañía es normalmente la mejor válvula de escape con nuestro problema de ansiedad, pero tenemos que tener claro que estas situaciones vienen desencadenadas desde el sistema nervioso, y tenemos que intentar mantenerlo tan estable como nos sea posible. El nutricionista Rodrigo Arias nos lo explica con bastante claridad: "El alcohol ejerce su principal influencia sobre el sistema nervioso, y la tolerancia depende en gran medida de sus efectos neuronales. Su acción es fundamentalmente depresiva, semejante a la producida por anestésicos generales. Como ellos, actúa sobre la membrana neuronal, gracias a su alta solubilidad en los lípidos".

Para ello, es recomendable intentar controlar la ingesta de los alimentos o bebidas que contengan cafeína y alcohol ya que son estimulantes. Por otro lado, y si nuestro objetivo en la dieta es la pérdida de peso, debes tener en cuenta que en el caso del alcohol también tienen una concentración calórica muy alta.

LOS PLANES DETOX PUEDEN SER UN BUEN ALIADO
La frustración y falta de satisfacción personal son muy frecuentes hoy en día y nos llevan por un camino indeseado hacia la relación de ansiedad con la comida. Si algo no va bien y lo sabes puedes también intentar resetear tu cuerpo para que tu mente trabaje en sintonía a través de un plan detox.

Antes de comenzar has de tener claro que no proponemos ningún milagro y que los procesos en el cuerpo y la mente requieren de una acción continuada. Con los planes detox podemos intentar limitar la ingesta de alimentos ultraprocesados y azucarados externamente. Con ello, podremos limitar la respuesta nerviosa de nuestro cerebro que nos anima inconscientemente a volver a picar sobre esos alimentos que no son saludables para nuestra dieta y que nos acercaran a la indeseada ansiedad.

PRUEBA A 'ENGAÑAR' A TU CUERPO
Otro concepto que se ha vuelto muy tratado últimamente es el hambre emocional. Este tipo de impulso nos lleva a desear comer cuando no existe realmente la necesidad física y te proponemos intentar engañar al cuerpo con agua. Silvia Álava, miembro del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud apunta que "la hidratación también es un factor muy importante en nuestro estado de ánimo y el funcionamiento del cerebro", por lo que no es descabellado pensar que un buen truco puede ser rodearnos de una botella de agua. Además de controlar nuestros impulsos, el efecto saciante también nos mantendrá un poco más lejos de las ganas de comer impulsivamente.

LA REGULARIDAD EN LAS HORAS DE LAS COMIDAS TAMBIÉN IFLUYE
Todas conocemos perfectamente nuestro cuerpo y sabemos las horas en la que lo pasamos peor para mantener la ansiedad derivada del hambre. Si te sientes identificada, intenta dividir la ración de comida en más tomas y así llevarse algo a la boca cada menos tiempo. Indudablemente lo más importante de este consejo es tener bien planificada la comida e incluir pequeños snack saludables a base de fruta u hortalizas para poder tomar cantidad y no sentir pesadez o caer en la sobrealimentación.

Como siempre, desde TELVA te damos consejos a problemas del día a día, pero lo más recomendable si quieres tener una dieta sana y evitar la ansiedad es que te pongas en contacto con un profesional.

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