Los peores consejos para las finanzas personales
La red está llena de buenos (y de malos) consejos para las finanzas personales. A veces incluso los buenos están mezclados con los malos. Eso significa que es muy difícil diferenciar los consejos buenos de los malos. Para ello vamos a dar una serie de malos consejos de finanzas personales, que no se deberían seguir y que estoy seguro de que muchas personas se alegrarían de no haberlos recibido o de haber sabido que eran malos desde el principio.
El dinero es para gastarlo
No hace falta llegar al extremo de Hetty Green, que siendo la mujer más rica de su tiempo comía comida cruda y no encendía la calefacción en el frío invierno neoyorquino para no gastar o que intentando ahorrar en la factura del hospital de su hijo las complicaciones acabaron haciendo que le amputaran una pierna, pero también es cierto que muchas personas van con las necesidades cubiertas de sobra, y el capítulo de los caprichos en el presupuesto abunda demasiado.
Así que parte del dinero es para gastarlo, pero para gastarlo en tranquilidad para nuestro futuro mediante inversiones y ahorros. De modo que podamos afrontar los años de vacas flacas sin problema cuando vengan, porque lo habitual es que lo hagan.
Emprende
Emprender no es para todo el mundo, y hay muchas personas para las cuales es más adecuado dedicarse a trabajar en una gran empresa o en la administración pública. Antes de dejar nuestro trabajo deberíamos plantearnos si de verdad queremos emprender o ser autónomos y si tenemos las capacidades y cualidades adecuadas.
Hazme caso que estoy muy fuerte, conduzco un Ferrari y tengo un rolex de oro
Respecto al estilo de vida, hoy en día es posible alquilar un coche de alta gama y hacerse fotos con el mismo, o incluso comprarlo de segunda mano por un precio mucho más barato. También hay falsificaciones que se ven perfectamente
Esto lo deberíamos de aplicar a aquellos que quieran poner cierta dimensión espiritual o trascendental a sus consejos financieros. En general las finanzas son un tema material y aburrido, no algo espiritual. No hay más que ver el documental de Alain de Botton sobre la ansiedad sobre el estatus, en la parte en la que entrevista a un pastor de EEUU que tiene una foto en su despacho con su Lexus.
Tampoco me parece que debamos pensar que está relacionado con la estabilidad mental, al menos no completamente. Howard Hughes era multimillonario, y tenía un Trastorno Obsesivo Compulsivo y muchas excentricidades, que con el tiempo se fueron haciendo mucho peores de lo que muestra Scorserse en su película.
Un mileurista se puede hacer financieramente independiente
Otra opción sería el típico que todos conocemos que sigue viviendo en casa de los padres que pagan las facturas y el supermercado y no gastando casi nada durante muchos años. Vale, pero en este caso la independencia financiera la están subvencionando los padres, no el sueldo del retoño.
Padre rico, Padre pobre de Robert Kiyosaki
Además no soy el único que opina que es un mal libro sobre finanzas personales, como se puede ver aquí, aquí y aquí. No obstante los defensores de Kiyosaki suelen tenerlo en un inmerecido pedestal.
¿Qué es cierto que muchas personas han aprendido que su camino a la riqueza es invertir el excedente de sus ingresos una vez descontados los gastos y usar el flujo de caja para seguir invirtiendo y así alcanzar un día que nos hiciéramos ricos? Cierto, pero la verdad es que para explicar esta idea no hace falta un libro ni mentir al respecto.
Tal o cuál famoso invierte en esto
Lo primero de todo es que los famosos pueden ser muy buenos en su profesión y consiguiendo ser pagados, pero eso no significa ni de lejos que sean buenos invirtiéndolo. El 60% de los jugadores de la NBA acaban arruinados a los cinco años de dejar de jugar. En España tenemos más cercano el ejemplo de Iker Casillas, del que ha habido noticias sobre su mala situación económica, a a pesar de sus muchos años en un club de primera fila y de haber conseguido un campeonato del mundo.
En segundo lugar porque suele ser el método de captar clientes por parte de muchos negocios de poca o ninguna fiabilidad (cuando no directamente estafas). Un negocio serio no nos debe hablar de sus clientes, por respetar su intimidad por un lado y porque nos debe convencer por su trabajo por otro, no por sus relaciones sociales.