Los pilares de la planificación financiera familiar

Según la teoría económica, las familias son consideradas uno de los tres agentes económicos. Los otros dos son las empresas y el Estado.

A las familias se les considera los agentes de consumo, porque orienta parte de sus recursos en la adquisición de bienes y servicios para cubrir sus necesidades.

Por tal razón, cada familia debe hacer una buena gestión de sus escasos recursos en una sociedad de necesidades ilimitadas.

A continuación, los cinco pilares de la planificación financiera familiar:

1. El Presupuesto: Esta herramienta debe ser el baluarte financiero de la familia. No es más que un plan de ingresos y gastos que, bien aplicado, le permite tener un control estricto sobre sus gastos, propiciar el ahorro y optimizar los ingresos del hogar. Hay familias que no tienen la menor idea de lo que gastan mensualmente, muchas veces sin control e influenciadas a realizar compras improductivas por simple presión social. La aplicación del presupuesto es un trabajo en equipo, donde hasta los hijos deben participar.

2. Gestión efectiva de los recursos: Según el autor Paul Samuelson, la economía se define como el estudio de la manera en que las sociedades utilizan los recursos escasos para producir bienes y distribuirlos entre los individuos. En esa definición es clave el concepto de eficiencia, pues el mundo tiene recursos escasos y necesidades ilimitadas, por lo que es vital hacer un uso eficiente de los recursos. Para el núcleo familiar esto es fundamental. Hay que evitar el despilfarro, el desperdicio y no comprar bienes llevados más por el deseo que por la necesidad.

3. La Educación Financiera: Para establecer y llevar a cabo con eficacia los dos anteriores elementos es fundamental haber adquirido una buena educación financiera. Esto brinda las herramientas y conocimientos para hacer un buen uso de los recursos y tomar mejores decisiones de compra. Sería importante que desde el Estado se fomente, a través de las escuelas, la educación financiera. Niños con sólida formación financiera serán adultos más responsables y prudentes.

4. Fondo de contingencia: Dice un refrán que “hombre prevenido vale por dos”. Un aspecto fundamental para el buen ambiente familiar es construir un fondo de contingencia para solventar emergencias. Puede ser establecer una meta para cubrir por lo menos tres meses. Si lo pueden llevar a seis, pues mejor. Tener un “colchón” financiero da mucha tranquilidad. Siempre habrá momentos de “vacas flacas”, por lo que es bueno estar preparado.

5. El ahorro: Decía el inversor Warren Buffett: “no ahorres lo que te queda después de gastar, gasta lo que te queda después de ahorrar”. El Ahorro debe ser la piedra angular del presupuesto familiar. A los niños se les debe hacer entender la importancia y los beneficios del ahorro. Se les puede inculcar el hábito del ahorro, a través del obsequio de una alcancía, indicarles metas, darles responsabilidades en la casa y hasta abriendo una cuenta de ahorro infantil. Ahorrar es para ya, no para cuando se pueda. Muchas personas argumentan que no pueden ahorrar porque tienen muchos gastos, pero si revisan se darán cuenta de que gastan inescrupulosamente en vicios (alcohol, apuestas, tabaco, etc.). Además, se puede empezar a ahorrar por lo menos con un 1% de los ingresos y luego, tras un buen proceso de higienización financiera, ir incrementando ese porcentaje.

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