Qué deben aprender las niñas y niños sobre el dinero

Las niñas, los niños y los jóvenes son, como se les dice hoy, nativos digitales, esa cualidad que les otorgó el nacer en una época en la que gran parte de las cosas se hacen de manera automática, pero eso no aplica para las finanzas, de esas aún no traen el chip integrado.

Y para prueba un botón. Es bastante común que cuando un padre le dice a su hijo que no tiene dinero para comprar eso que pide, éste responda que, si no tiene, entonces vaya al cajero y ahí la maquinita “mágicamente” le dará billetes.

Mi punto es que la educación financiera requiere vivirla para entenderla y aprenderla.

Las nuevas generaciones nos ven a los adultos usar ya de manera cotidiana, tarjetas, cajeros, incluso banca electrónica, pero es muy importante que ellos tengan esa experiencia para entender y aprender sobre el dinero.

Por eso me parece loable el esfuerzo de muchas instituciones financieras por crear la primera tarjeta para estos segmentos, niños y adultos, y que comiencen a integrarse a través de ellas al mundo financiero, y qué mejor que su primera lección sea el ahorro y no el consumo, como nos pasó a muchos adultos.

Con sus primeras tarjetas las niñas y los niños pueden comenzar a guardar sus tradicionales domingos, empezarán a generar metas a futuro (muy probablemente ese futuro para ellos éste sea de seis meses, pero por algo se empieza). Y también, por qué no, comenzar a realizar compras con el plástico, sólo así entenderán que los recursos son limitados y de ahí que es necesario administrarse correctamente.

En el caso de los jóvenes, las tarjetas adicionales representan la siguiente etapa financiera, en donde tendrán una libertad (que no puede rebasar su línea de crédito), y tendrán que comenzar a administrar sus mesadas, gasto o como quiera que los padres quieran llamarlo.

Si logramos que tanto niños como jóvenes tengan esta experiencia financiera, serán adultos que manejarán de manera más inteligente el dinero que tanto trabajo cuesta ganar, acumularán kilómetros de educación financiera.

Es por eso que la educación financiera no debe ser sólo teórica, me refiero a que debe ser construida con base en la experiencia, esa que te dará la oportunidad de utilizar desde un cajero hasta la banca electrónica sin miedo a equivocarte, y en este caso sin miedo a perder el dinero.

Por eso, es importante abrir cuentas de débito a los niños, para que se emocionen de tener una tarjeta como mamá o papá, pero también para que sepan que el dinero no llega ahí de manera mágica, y por qué no, que aprendan de sus errores.

Sólo a través de vivir el mundo del dinero, será que podremos lograr que estas generaciones lleguen a ser prudentes y gasten de manera inteligente sus recursos, y que no crean que los cajeros fabrican billetes de manera automática.

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