Cómo limpiar la escoba para mantenerla sin pelos ni residuos

Saber cómo limpiar la escoba te permitirá aprovechar esta herramienta por más tiempo y lograr una limpieza más efectiva. Muchas veces, la falta de cuidado y mantenimiento hace que este utensilio de aseo ya no cumpla su función.

La basura, el polvo, los pelos humanos o de las mascotas y las pelusas quedan acumulados entre las cerdas de la escoba. En lugar de limpiar, podrías esparcir los residuos y ensuciar más. Por eso, es fundamental mantenerla limpia y en buenas condiciones. Te contamos cómo hacerlo.

Por qué es importante mantener limpia la escoba
Más allá de la forma, el tamaño y el material de tu escoba, mantenerla limpia es crucial para que cumpla su función: recoger y eliminar la suciedad. Barrer con una herramienta en mal estado no solo reduce la eficacia de la limpieza, sino que también puede esparcir el polvo y los gérmenes por toda tu casa.

Es importante saber cómo limpiar la escoba porque entre sus cerdas pueden permanecer elementos nocivos, como los ácaros o restos de alimentos en descomposición sobre los que proliferan bacterias. Usar una herramienta en buenas condiciones garantiza un entorno más saludable para ti y tu familia.

Además, al ocuparte de su correcto mantenimiento, prolongas su vida útil. De esta manera, evitas tener que comprar escobas nuevas de forma regular por su desgaste.

Cómo limpiar la escoba luego de usarla
Para mantener tu escoba en buenas condiciones es importante que, al terminar de barrer, la sacudas y elimines los residuos visibles que han quedado adheridos. Limpiarlas es un proceso sencillo que debes realizar siempre que detectes suciedad acumulada entre sus cerdas.

Cuando finalices el aseo de tu casa, tómate un momento para sacudir tu escoba contra una superficie dura y así eliminar los restos de polvo. Luego, voltéala y, con tus manos, separa las cerdas y retira las pelusas, los pelos y los residuos más grandes.

Hacer esta tarea cada vez que barras te ayudará a mantener tu escoba en buenas condiciones para su uso cotidiano. De todos modos, cada cierto tiempo será necesario hacer una limpieza más profunda y a conciencia para eliminar los residuos más ocultos y dejar tu escoba como nueva.

Cómo limpiar la escoba de manera profunda
De manera regular, deberás limpiar tu escoba de forma exhaustiva para que cumpla sus funciones y dure más tiempo en óptimas condiciones. Estos son los pasos que debes seguir:

  1. Golpea tu escoba contra una superficie dura: los golpes sacuden el polvo y aflojan las cerdas para facilitar la limpieza. Coloca por debajo un papel de periódico o un trapo viejo para luego recoger y tirar los restos que vayan cayendo.
  2. Elimina los residuos: retira los residuos más grandes, como pelos y pelusa enredada. Para ello, utiliza guantes. Si tienes una aspiradora de mano, pásala entre las cerdas para eliminar la mayor cantidad de suciedad posible. También puedes usar cinta adhesiva y colocar su lado pegajoso sobre las cerdas para recoger cabellos y partículas pequeñas.
  3. Peina la escoba: usa un peine pequeño destinado a la limpieza de la escoba para eliminar los pelos y las pelusas que hayan quedado.
  4. Moja la escoba: mezcla jabón para platos con agua tibia en un recipiente donde el cabezal de la escoba quepa con facilidad. Asegúrate que este se empape por completo con la solución y déjalo remojar por una hora. Esto favorece que la mezcla penetre entre las cerdas para aflojar la suciedad.
  5. Limpia las cerdas: hazlo con un cepillo de fregar, de preferencia, con movimientos de arriba hacia abajo. También puedes emplear un tipo de estropajo destinado para la faena.
  6. Enjuaga: coloca el cabezal debajo del grifo abierto y frota las cerdas con los dedos. Asegúrate de retirar todo el detergente y que el agua salga limpia.
  7. Desinfecta el mango de la escoba: mientras el cabezal está en remojo, limpia el mango de la escoba. Utiliza cualquier tipo de toallita desinfectante o un paño de limpieza adecuado para la tarea.
  8. Deja secar: vuelve a armar la escoba y cuélgala boca abajo para que se seque al aire. Si es posible, colócala en un sitio donde las cerdas puedan secarse al sol. Aunque son necesarias más investigaciones, los estudios sugieren que la luz del día tiene el potencial de matar microbios en las partículas de polvo.
  9. Guarda: guarda tu escoba seca colgando en un lugar bien ventilado o en un armario que se abra y cierre con frecuencia para permitir que entre el aire.

Si tu escoba está muy sucia porque ha retenido líquidos derramados, grasa o restos de comida, puedes añadir unas gotas de lejía, de amoniaco o de vinagre blanco al agua del lavado. Estas sustancias ejercerán su poder desinfectante sobre las cerdas, así que mejorarán su limpieza.

¿Con qué frecuencia debes limpiar la escoba?
La frecuencia con la que debes limpiar tu escoba depende del uso que le des y las superficies que limpies. En general, la que se emplea para hacer el aseo del hogar debe limpiarse de manera superficial cada vez que se usa y con mayor profundidad cada dos o tres meses.

Si utilizas tu escoba para limpiar derrames u otros materiales difíciles de sacar o peligrosos, debes limpiarla de manera exhaustiva después de cada uso. Esto evitará la propagación de bacterias u otros contaminantes, a la vez que mantendrá las cerdas en buen estado.

¿Cómo evitar que la escoba se llene de pelusas?
Si no quieres tener que eliminar pelos y pelusas de la escoba después de cada uso, existe un truco eficaz que puedes probar. Tan solo deberás envolver su cabezal en una media de nailon y barrer como de costumbre.

Al cubrir el cepillo con la media, se crea una barrera que evita que los pelos y pelusas se adhieran a las cerdas. Con esta estrategia conseguirás un suelo más pulcro y brillante, ya que las propiedades electrostáticas del nailon atraen las partículas de polvo dispersas en el piso.

Gracias a este método evitarás el desgaste prematuro de la escoba y ahorrarás tiempo y esfuerzos en la limpieza óptima de tu hogar.

Pisos brillantes
Las escobas son uno de esos objetos de tu hogar que olvidas limpiar y que deberías hacerlo luego de cada uso. Ahora que ya conoces cómo limpiarla y mantenerla en buenas condiciones, será más fácil asegurar la higiene general de la casa. Los pelos y las pelusas ya no serán un impedimento para dejar tus pisos impecables y brillantes.

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