Cardinals no juega como si estuvieran en 2021, pero están ganando

Una cosa que se puede decir sobre los St. Louis Cardinals es que incluso en 2021, una era del béisbol con algunos de los números más extremos que jamás hayamos visto, siguen haciéndolo a su manera.

El jueves, St. Louis se enfrentó al derecho de los Milwaukee Brewers Corbin Burnes, quien ha tenido un comienzo histórico de temporada. En la quinta entrada, Burnes había ponchado a nueve aves rojas. Luego, el segunda base de St. Louis, Tommy Edman, le negoció un boleto. ¿Cuál es el problema? Fue la primera base por bolas de la temporada de Burnes después de 58 ponches, estableciendo un nuevo récord en las Grandes Ligas de más ponches consecutivos sin una base por bolas.

Burnes mantuvo a St. Louis a una carrera en cinco entradas en su salida. Su efectividad en la temporada, construida sobre esa proporción de ponches por base por bolas de 58: 1, es de 1.57. Pero aquí está la cuestión: los Cardinals ganaron el juego. El récord de Burnes cayó a 2-3 en la temporada. Mientras tanto, el oponente de Burnes, el as de los Cardinals Jack Flaherty, caminó seis entradas, ponchó a seis, dio un par de pasaportes y mejoró su récord a 7-0.

Esta, en pocas palabras, es la forma en que los Cardinals han logrado una ventaja temprana en la División Central de la Liga Nacional y uno de los mejores récords generales en las mayores. En una era en la que el pitcheo se define básicamente por ponches, bases por bolas y la interacción entre esos dos factores, el personal de St. Louis no hace ninguna de esas cosas particularmente bien. Sin embargo, los Cards han estado entre los mejores equipos de prevención de carreras del béisbol.

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Agreguemos algunos puntos finales arbitrarios a la mezcla para ilustrar cuán caliente ha estado la máquina de lanzar y defender de St. Louis. Hasta el 21 de abril, los Cardinals tenían marca de 8-10 y permitían un promedio de 4.83 carreras por juego, ubicándose apenas en el puesto 22 en las mayores.

Era temprano, sin duda, pero esto también parecía sugerir que algunos de los pronósticos previos a la temporada que anticipaban la debacle del cuerpo de lanzadores de los Cardinals eran acertados. En ese momento, St. Louis se ubicaba en el puesto 25 en tasa de ponches y en el 28 en tasa de boletos. Lo único que evitó que el techo defensivo se derrumbara fue que habían permitido jonrones en solo el 2.3% de las apariciones en el plato, la tercera mejor marca en el béisbol.

Pero, ¿cuánto tiempo podría durar eso? En 2021, si un cuerpo de lanzadores deja en juego demasiadas pelotas y lo hace con demasiados corredores en la base a través del pase libre, es inevitable que un equipo así sea sepultado por un aluvión de jonrones.

Puedes sentir hacia dónde se dirige esto. Desde entonces, los Cardinals han llorado de alegría y ha sido debido a la prevención de carreras. St. Louis obtuvo 15 victorias en 20 juegos de cara a su serie de fin de semana en San Diego, manteniendo a sus oponentes a solo 2.8 carreras por juego, la mejor marca en el béisbol durante ese período. Sin embargo, la tasa de ponches del equipo aumentó solo ligeramente en relación con la liga, y la tasa de boletos en realidad empeoró.

Para cuando el polvo se despejó y St. Louis se había establecido como el líder temprano en su división, los Cardinals habían llegado al octavo lugar en carreras permitidas por juego. Ocuparon el puesto 26 en la tasa de ponches (22%) y el 29 en la tasa de boletos (11,1%).

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Esto se leerá como algo sacado de Baseball Digest, alrededor de 1974, pero parece ser simplemente una cuestión de que los Cardinals pongan una defensa de élite en el campo y lancen a esa defensa, mientras no permiten que las principales amenazas de jonrones de los oponentes los venzan.

En cuanto a la defensa, esta era un área en la que St. Louis proyectaba ser élite, quizás el mejor del béisbol. Los fildeadores lucían fuertes en el papel de todos modos, pero luego los Cardinals cambiaron por el tercera base Guante de Oro Nolan Arenado, lo que empujó a Matt Carpenter y su dudoso guante a un papel de utility. Con fildeadores de élite en ambas esquinas del cuadro, el gran Yadier Molina detrás del plato y jardineros jóvenes y ágiles devorando los espacios abiertos del Busch Stadium, los Cardinals estaban preparados para ganar con la defensa.

Después de un comienzo regular, ellos están haciendo eso. St. Louis se tambaleó en la mitad inferior de la tabla de clasificación en las carreras defensivas salvadas durante la mayor parte de abril, pero desde entonces los Cardinals han subido en la clasificación, llegando al segundo lugar a principios de esta semana.

Edman ha demostrado ser más que un digno sucesor del guante premium de Kolten Wong en la segunda base. Y el regreso del jardinero central Harrison Bader hace un par de semanas permitió que St. Louis finalmente mostrara a sus jardines originalmente diseñados. Como se proyectó, es un equipo sin hueco defensivo. Incluso los lanzadores de St. Louis han ayudado a la causa del fildeo al liderar las mayores en carreras defensivas salvadas en esa posición. Durante su racha de 15-5, los Cardinalspermitieron un promedio de .239 en bolas en juego, líderes en MLB.

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Aun así, toda la destreza defensiva del mundo no te ayudará si el otro equipo simplemente está golpeando la pelota por encima de la cerca. Y aunque el cuerpo de lanzadores de St. Louis no se basa en los porcentajes de ponches y boletos que emplean muchos otros equipos, han sido casi increíblemente buenos para mantener la pelota en el parque.

Durante un tramo de 14 juegos que comenzó el 29 de abril, un período en el que St. Louis ganó 11 juegos, los Cardinals permitieron solo cuatro jonrones.

Así es como un equipo con una tasa de ponches exigua y una tasa de boletos aterradora llega a la cima de su división. La pregunta ahora es: Dadas estas tendencias de nadar contra la corriente, ¿pueden permanecer allí?

Los sistemas de proyección dirían que no. En el pronóstico del resto de la temporada en Fangraphs, se proyecta que St. Louis caiga por debajo de .500 el resto del recorrido.

No es difícil entender por qué. Los sistemas analíticos favorecen a los lanzadores de ponches porque, por lo general, son más predecibles. El xFIP de los Cardinals (una estimación de efectividad basada principalmente en ponches y bases por bolas) ocupa el último lugar en las mayores. Los Cardinals han permitido jonrones en solo el 7.8% de los elevados, la tasa más baja en el béisbol, y esta es otra cifra que no se supone que sea sostenible en el tiempo.

Por otra parte, los Cardinals armaron esta lista a propósito. El "supuesto" de los sistemas analíticos no significa mucho en las orillas del Mississippi, donde solo han visto un solo club de béisbol por debajo de .500 este siglo. Puede que el estilo de los Cardinals no sea el del béisbol en este momento, pero en lo que va de 2021, parece estar funcionando tan bien como siempre.