Sábado Santo: ¿qué pasó este día según la Biblia y qué significa?

Uno de los días con mayor relevancia dentro de Semana Santa, es el Sábado de Gloria, uno de los momentos más importantes para todos los creyentes católicos pues aunque representa un día de luto, recordamos el paso de Jesucristo entre la muerte y la resurrección.
En el Sábado de Gloria se suele recordar el dolor, la valentía y la esperanza de la Virgen María, quien consuela a los apóstoles de Jesús para quienes todo ha acabado, aunque María les recuerda lo que dijo su hijo: “Al tercer día resucitaré”.
Por ello, la Iglesia Católica menciona que en el Sábado de Gloria, Jesús entregó su cuerpo y derramó su sangre para el perdón de los pecados y para la salvación de toda la humanidad, y demostrar su gran amor por las personas.
En este día también se conmemora a Jesús en el sepulcro y su descenso al Abismo o a los infiernos. Es por eso que en muchas comunidades durante la noche se hace la bendición del fuego y del agua.
Actualmente las celebraciones por el Sábado de Gloria ya no se desarrollan como en años pasados. Anteriormente, la mañana de sábado se recordaba la Resurrección de Cristo y la “apertura de la Gloria”, pero las ceremonias hoy en día se realizan por la noche, en la solemne Vigilia Pascual.
Tras el cambio solicitado por el papa Pío XII se estableció que la Vigilia Pascual se realizaría el viernes en la noche, el Sábado Santo quedó como un día de espera y el domingo como el día de la Resurrección. Aunque su uso es incorrecto, en muchos lugares de Latinoamérica sigue llamándose Sábado de Gloria.
Durante la Vigilia Pascual se realizan tres actos importantes que inician con la celebración del fuego en donde el sacerdote bendice el fuego y enciende el cirio pascual. En este acto se entona el Pregón Pascual que es un poema escrito cerca del año 300 que proclama que Jesús es el fuego nuevo.
Se da también la liturgia de la Palabra donde se leen siete lecturas, desde la Creación hasta la Resurrección. En este momento, la lectura del libro del Éxodo es la más importante, porque narra el paso de los israelitas por el Mar Rojo cuando ellos huían de las tropas egipcias y fueron salvados por Dios.
De la misma manera recuerda que Dios esta noche nos salva por su Hijo.
El tercer acto es cuando la Iglesia entera renueva sus promesas bautismales renunciando a Satanás a sus seducciones y a sus obras, se bendice la pila bautismal o un recipiente en representación, y se recita la letanía de los Santos que nos une en oración con la Iglesia militante y triunfante.