TENEMOS QUE SER HONESTOS

La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) advirte que República Dominicana pertenece a un grupo de países que actualmente experimentan una acelerada situación de violencia, inseguridad, intolerancia e irrespeto a la dignidad de la persona.
“Ha aumentado la avaricia, el deseo de obtener riquezas de manera fácil y rápida y la indiferencia frente al valor de la justicia como fundamento de la paz, la estabilidad social y el desarrollo de los pueblos”, expresan los obispos en un mensaje emitido con ocasión del 179 aniversario de la Independencia Nacional.
En el mensaje titulado “Seamos honestos y practiquemos la justicia”, la CED exhorta al pueblo dominicano a comprometerse con el fortalecimiento del sistema judicial, desde la honestidad y el respeto a las leyes.
La iglesia Católica recordó un mensaje similar emitido en 2015, enfocado en la justicia y la paz, para destacar en la reflexión actual que algunos males relacionados con la justicia siguen latentes y constituyen un obstáculo para la aplicación justa de las leyes, tales como la violencia, la desigualdad, la carencia de transparencia y la impunidad.
Considera que la justicia y la honestidad son dos virtudes cristianas que obligan a asumir un compromiso moral y social. “Sin embargo, todavía nos quedan grandes desafíos para lograr un sistema judicial que responda a las necesidades de todos los ciudadanos”, agrega el documento.
Cita, además, la eliminación del tráfico de influencias en la administración de la justicia, la descentralización, tener un personal suficiente y adecuado para poder responder a la agilización de los procesos y seguir fortaleciendo la independencia del ministerio público.
“Es tarea pendiente la independencia de los jueces, la despolitización de la justicia y el hacer de la honestidad y la transparencia su estandarte a seguir”, refiere el mensaje.
El fortalecimiento del sistema judicial dominicano -precisa el mensaje- requiere de un compromiso social con la participación de los poderes del Estado, instituciones públicas y privadas y las propias iglesias, “apoyando y animando a los ciudadanos justos y honestos que trabajan en el sistema de justicia, así como rechazando los actos de corrupción y todo tipo de propuesta que nos pueda convertir en corruptores”.
Con ocasión del aniversario de la Indepencia, la CED recordó que uno de los grandes sueños de los padres de la patria, de manera particular de Juan Pablo Duarte, fue el de lograr una República Dominicana fundada en los valores de la libertad, la paz y la justicia.
Si queremos tener el país que Duarte soñó, solamente, TENEMOS QUE SER HONESTOS.