El problema no son los inmigrantes.

El exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, Mike Vigil, dijo a EFE que la mayoría del fentanilo que entra por la frontera con México a Estados Unidos llega camuflado por las garitas o los puntos de entrada oficiales y además a manos de estadounidenses, no de inmigrantes.
El conocido exlíder de la Agencia Antidrogas Estadounidense subrayó que la militarización a ambos lados de la frontera no va a detener el narcotráfico del peligroso opioide sintético.
Además sostiene que mientras los estadounidenses mantengan la demanda de consumo de fentanilo, no habrá fuerza militar que detenga su tráfico.
"Podrían desplegar 100.000 soldados y otros tantos del lado de Estados Unidos a vigilar la frontera y van a fracasar, porque casi todo el tráfico de fentanilo sucede por las garitas, donde la mayoría de los traficantes detenidos son ciudadanos estadounidenses", dijo a EFE el experto.
Vigil basa sus cifras en datos del propio gobierno, como la Comisión de Sentencias de Estados Unidos, una agencia del poder judicial que opera de manera independiente.
Esa institución señala que cerca del 90% de las detenciones por tráfico de fentanilo ocurren en las garitas, y el 86,4 % de los procesados son ciudadanos estadounidenses.
Más claro de ahí, ni el agua.
El problema no son los inmigrantes.