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Muertos vivos.

Un prestamista en Mao "mataba" a deudores en papeles: registraba falsas defunciones.

Mendoza prestaba entre cinco y quince mil pesos a personas en condiciones vulnerables, a cambio de quedarse con sus tarjetas de asistencia social

Máximo Mendoza no usaba cobradores, ni amenazas, ni demandas.

Cuando alguien no le pagaba un préstamo, recurría a un método fuera de lo común: lo declaraba muerto.

Así lo estableció el Ministerio Público, que lo acusa de falsificar documentos para inscribir defunciones falsas de al menos seis personas, a quienes señalaba como deudores.

Mendoza prestaba entre cinco y quince mil pesos a personas en condiciones vulnerables, a cambio de quedarse con sus tarjetas de asistencia social, esas que apenas cubren 2,100 pesos mensuales.

Cuando el cobro se complicaba, echaba mano a su "solución definitiva": registrar al deudor como cadáver en papeles oficiales.

Los fiscales describen cómo Mendoza desplegaba su habilidad para simular llanto y angustia, aparentando la aflicción de un familiar que recién había perdido a un ser querido. Esa actuación fue la llave para abrir puertas en clínicas y oficinas estatales, y para que su fraude quedara estampado con sellos y firmas oficiales.

Ahora las autoridades también deben declararlo muerto para que se convierta en otro MUERTO VIVO.