Por el ojo de una aguja
Una donación de mil millones de dólares permitirá a la Escuela de Medicina Albert Einstein, del condado neoyorquino de el Bronx, ofrecer matrículas gratuitas a sus alumnos.
La donante del dinero se desempeñó como profesora de la universidad, la cual se encuentra en uno de los barrios más deprimidos de la Gran Manzana.
Gracias al dinero que le dejó en herencia su esposo al morir hace dos años, un inversionista de Wall Street, los estudiantes de Einstein no tendrán que enfrentarse a los más de 250 mil dólares de deuda que acumulan durante su carrera.
La gran noticia sorprendió a los miles de estudiantes, quienes mostraron su alegría con aplausos, gritos, lágrimas, saltos y abrazos entre ellos.
La escuela espera que la donación "atraiga a un grupo de individuos con talento que, de otra manera, tal vez no tengan los medios para plantearse una educación médica", según el comunicado.
La donante, por su parte, no quiere que su apellido quede inmortalizado como parte de la donación, pero sí puso a condición: que el colegio mantenga el nombre de Albert Einstein, que el legendario físico accedió a dar al centro cuando abrió sus puertas, en 1955.
En un mundo donde casi la mitad de la riqueza está en manos de 1,2% de la población ese desprendimiento económico es un gesto a imitar por todos los que tienen dinero que no encuentran qué hacer con él y por los propios médicos que se graduarán sin tener que pagar.
Y tal parece que existe un camino para que el rico pueda pasar por el ojo de la aguja.
Asi que si quiere donar, me llama, que yo le ayudo.