Factores que aumentan el riesgo de los feminicidios

Los feminicidios no se detienen en el país y noviembre ha sido un mes en el cual han ocurrido muchos de ellos. Precisamente, este martes, dos mujeres murieron víctimas de violencia de género y otra recibió al menos dos disparos por su expareja, quien luego se suicidó.

Para Soraya Lara, directora del Patronato de Ayuda a Casos de Mujeres Maltratadas (Pacam), el problema es multisectorial e indica una falla de todo el sistema, que entiende “debe garantizar la prevención, psicoeducación y protección de las víctimas y establecer las condenas necesarias para los agresores”.

Lara señaló que los feminicidas o agresores presentan ciertas características que ponen en riesgo la vida de las mujeres, elementos que puede aprovecharse para aplicar políticas preventivas y proteger a las féminas maltratadas y a aquellas que se han atrevido a romper el círculo y denunciar la difícil situación por la que atraviesan. Dijo que son mujeres en estado de vulnerabilidad que necesitan de ayuda en todos los aspectos.

Señales

“Como, por ejemplo, siento que, desde el mismo sistema de atención, como cuando las mujeres denuncian se puedan establecer los factores de peligrosidad y que estos aumentan, aparentemente cuando la víctima decide abandonar a su pareja. Fíjate que los feminicidios ocurren cuando ellas deciden definitivamente dejarlos, siempre ocurren meses después, cuando él se da cuenta que no hay vuelta atrás”, adujo al ser entrevistada por Diario Libre.

Citó como otros factores, el hecho de que el agresor sea “celoso, controlador, posesivo, que ha perseguido siempre a la pareja a los lugares que ella visitaba y ha habido una historia de violencia crónica y, además, esta persona abusa de sustancia controladas o de alcohol”.

Planteó que esos “son factores que hay que considerarlos como de peligrosidad, porque es cuando aumenta el riesgo de feminicidio”.

Agregó, en este aspecto, que la vida y comportamiento de los agresores son indicadores claves y puso como ejemplo que son personas que “que se creen que están por encima de la ley y que pueden violentar los mecanismos establecidos”.

“Pero es que la mayoría se siente por encima de la ley, de la fiscalía, de las acciones de los fiscales, de las acciones que pueda tomar el tribunal, es una forma de pensar, es una actitud que estos agresores suelen tener para justificar sus comportamientos”, agregó.
 
“También eso se constituye en un factor de riesgo, que es lo ideal que sean esos factores identificables cuando las mujeres denuncien. Yo creo que eso es una cosa importante que hay que considerar, porque se toma en cuenta el testimonio de la víctima para la denuncia, pero no para establecer el grado de riesgo en que ella está. Toda mujer que está en proceso de separación, que ha tomado la decisión de dejar, es cuando el riesgo aumenta. Estadísticamente eso lo hemos visto en nuestro país”, subrayó la profesional.
Soraya Lara tiene 16 años en Pacam.
Soraya Lara tiene 16 años en Pacam.

Además dijo que está el miedo, que se materializa de diversas maneras, como las amenazas, la manipulación a través de los hijos (de que se los van a quitar), que van a hacer que las cancelen del trabajo, “porque ya han hecho escándalos y también en los lugares que ellas trabajan se les aparecen sorpresivamente”.

“El sistema debe prestar atención”

La directora del Pacam estimó que el sistema, incluyendo los jueces, debe tomar en cuenta todos esos factores al momento de tratar los casos de violencia de género.

“Todo eso tiene que ser considerado, porque la mujer lo cuenta y lo dice, pero si los mismos que toman la denuncia no lo toman en cuenta, no le dan el valor necesario para proteger, entonces estos testimonios de las víctimas no van a ser vistos con el mismo temor que ella lo está expresando, entonces el sistema debe prestar atención a ello”, subrayó.

Dijo que también se debe tener muy presente a los agresores que son enviados a terapia. “Entendemos que también esos que son remitidos a la terapias antes de, deben pasar por un proceso donde se pueda determinar sin son potencialmente peligrosos, porque hay agresores que se conciben como los tipos cobras, otros autores los llaman antisociales que sí pueden cometer un hecho, no importa que tengan empleo, como uno les dice que pueden cometer esos crímenes de cuello blanco porque se ven muy formales, se ven personas trabajadoras, pero psicológicamente están produciendo ideas de esa naturaleza y toman su tiempo para planificar cómo lo harán”, detalló.

Los acuerdos legitimizan la violencia

Lara también se pronunció en contra de los acuerdos entre las víctimas y victimarios. Dijo que no tienen razón de ser, porque se dan en una circunstancia donde prima un desequilibrio de poder.

“Los acuerdos no hacen más que legitimar la violencia, porque durante 16 años que hemos estado en el Pacam, el agresor ni la víctima se pueden unir para negociar, porque hay un desequilibrio de poder y que cualquier mediación de negociación, de acuerdo va a estar mediatizado por el miedo, entonces el miedo, el trauma más un desequilibrio de poder, pues va a tener resultados catastróficos”, señaló.

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