Editorial de NTN: “El que tenga oídos que oiga”

Como si se tratara de un destino incierto el pueblo haitiano pasa de una tragedia a otra.

A más de una década del terremoto del 2010 todavía no se ha recuperado y ahora sufre los efectos de otro de mayor magnitud.

Un país devastado por los fenómenos naturales vive en una miseria espantosa fruto del desfalco de los poderosos que históricamente han cargado con sus riquezas aprovechándose en cierta forma de la ignorancia.

Y a los gobiernos corruptos que ha tenido se le suman las organizaciones que supuestamente son sin fines de lucro, pero que las ayudas multimillonarias que recibieron después del terremoto del 2010 nunca se vieron.

Ahora los organismos internacionales temen que las bandas criminales que controlan el país, se conviertan en un obstáculo para tratar de sacar el país de la catástrofe política, económica y sobre todo la crisis humanitaria que viven desde su fundación.

Muchos creen que lo que pasa en Haití forma parte de un castigo divino por la hechicería y la idolatría.

Pero dejando a un lado el asunto del vudú y de las creencias, a nosotros sólo nos queda tenderle las manos y orar por ellos y como solidarios que siempre hemos sido, llegar a tiempo, incluso antes que su propio gobierno.

Pero no podemos cargar por completo con su desgracia.

Es el momento de que los que por siglos han vivido de las riquezas del pueblo haitiano le devuelvan lo que le han robado.

El que tenga oídos para oír, que oiga.