Hepatitis B: una enfermedad grave y silenciosa, cómo prevenirla en recién nacidos
Existen enfermedades que pueden ser transmitidas de madre a hijo, provocando consecuencias en el recién nacido. Tal es el caso de la hepatitis B, una enfermedad grave y silenciosa, conoce más sobre cómo prevenirla en recién nacidos.
La hepatitis es una inflamación del hígado, el tipo más común es el viral, sin embargo, no todos los virus que la causan actúan igual. En conferencia organizada por Sanofi, especialistas hablaron sobre la hepatitis B y el impacto de la vacunación en su transmisión.
¿Qué es la hepatitis B?
La hepatitis es una inflamación del hígado que ocurre cuando los tejidos se lesionan o afectan, lo cual puede dañar este órgano y su funcionamiento. La hepatitis B es un tipo de hepatitis viral causada por el virus de la hepatitis B, que puede causar una infección aguda o crónica.
De acuerdo a la Dra. Carmen Espinosa Sotero, pediatra infectóloga, se trata de uno de los tipos más graves de hepatitis viral, una enfermedad altamente contagiosa, con dos rutas principales de transmisión.
Por un lado está la vía vertical de madre a hijo, es decir, bebés nacidos de madres con hepatitis B, contagiados principalmente alrededor o al momento del nacimiento, con un 60 por ciento de riesgo si la madre es infectada en el 3° trimestre del embarazo.
La transmisión horizontal o de persona a persona, es la segunda vía, provocada por el contacto sexual o involuntario con fluidos de una persona con este virus, por lo que inyectarse drogas y compartir agujas, ser trabajador de la salud, compañero sexual de personas con hepatitis B, entre otros, aumenta el riesgo.
¿Cuáles son los síntomas de hepatitis B?
Uno de los riesgos de la hepatitis B, es que puede ser silenciosa, pues de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la mayoría de las personas no tienen síntomas inmediatamente después de infectarse. Sin embargo, aquellos con cuadro agudo, presentan síntomas que duran varias semanas.
Estos pueden manifestarse de 2 a 5 meses después de la infección y, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, incluyen:
- Orina color amarillo oscuro
- Diarrea
- Fatiga
- Fiebre
- Heces grises o color arcilla
- Dolor de articulaciones
- Pérdida del apetito
- Náuseas y vómitos
- Dolor abdominal
- Ojos y piel amarillentos (ictericia)
La Dra. Espinosa, explica que existen 3 manifestaciones clínicas principales de hepatitis B, determinadas por la respuesta inmunológica: asintomática; aguda, donde el 1 por ciento de puede presentar una complicación que conduce hepatitis fulminante y causa la muerte en 70 por ciento de los casos, e infección crónica.
En ese sentido, el riesgo es mayor en niños, pues del 80 al 90 por ciento de los lactantes infectados durante el primer año de vida desarrollan infecciones crónicas presentando complicaciones a largo plazo, como insuficiencia hepática, cirrosis o cáncer hepatocelular.
Incluso, el 25 por ciento de las personas infectadas en su niñez pueden morir por hepatitis crónica.
¿Cuál es el tratamiento para la hepatitis B?
Los especialistas señalan que no hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda, por lo que la atención se centra en el bienestar y equilibrio nutricional del paciente. De hecho, es importante evitar medicamentos innecesarios.
En cuanto a la infección crónica, es posible tratarla con medicamentos, como los antivíricos orales para retrasar la evolución de la cirrosis, reducir la incidencia del cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo, aunque sólo aplica a una proporción limitada de personas.
En casos de enfermedad hepática crónica terminal o insuficiencia hepática fulminante, la recomendación es un trasplante hepático.
Vacunación en recién nacidos: clave para prevenir la hepatitis B
La hepatitis B es una enfermedad con un gran impacto en la salud, por lo tanto, la vacunación es clave para evitar que el niño se infecte, incluso, si la mamá no sabe que tiene hepatitis. De ahí que sea un pilar en la prevención contra esta enfermedad, de acuerdo a la especialista.
La protección contra este virus está incluida en la Cartilla Nacional de Vacunación de México en la vacuna hexavalente, que también protege contra difteria, tétanos, tos ferina, haemophilus influenzae tipo b y poliomielitis. Por lo tanto, está disponible de forma gratuita y debe aplicarse a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad.
Sin embargo, la OMS recomienda administrar la vacuna contra la hepatitis B, de preferencia durante las primeras 24 horas de vida en todos los lactantes y completar con el esquema de vacunación, de esta forma se puede reducir la transmisión de madre a hijo.
Afortunadamente, gracias a la vacunación, se considera que las cifras de pacientes con hepatitis B en México son bajas.
Por eso es fundamental, no sólo aplicar esta primera dosis, sino mantener el seguimiento de las vacunas de nuestros hijos. Esto es de suma importancia en esta época, pues de acuerdo a la OMS, en 2020 23 millones de niños no recibieron las vacunas básicas en el contexto de la pandemia de Covid-19.
Este descenso en la vacunación puede tener repercusiones importantes, exponiendo a millones de niños a enfermedades mortales que pueden ser prevenibles, según señaló el Dr. Salvador Pineda, pediatra y gerente médico de vacunas pediátricas de Sanofi Pasteur México.
En el caso de los adultos, la Dra. Espinosa, señala que, si bien no se tiene esta vacuna como parte del esquema de vacunación de adultos en la Secretaría de Salud, pero si no estás vacunado contra hepatitis B sí es posible vacunarte de forma particular con 3 dosis.
Sin duda, la hepatitis B es una enfermedad no sólo silenciosa, sino con graves daños a la salud. Afortunadamente, hay forma de proteger a nuestros hijos de su contagio a través de una vacuna que, como todas, es segura y eficaz para cuidar su salud a corto y largo plazo.
Asimismo, si estás embarazada, recuerda realizarte estudios de hepatitis B antes del parto, en especial si formas parte de uno de los grupos de alto riesgo. Cuídate y protege la vida de tu hijo.