¿Cómo fortalecer tu seguridad económica?

Al visualizar nuestro futuro, muchos de nosotros podemos pensar que queremos éxito y una vida confortable. Vemos con interés acudir a una universidad, comprar una bicicleta, conseguir un espacio para nosotros, iniciar algún negocio, casarse, quizás hasta tener una familia. Existen varias maneras para conseguir estos objetivos, pero es fundamental tener un plan sobre tus presupuestos para poder realizar todos estos proyectos.

Presupuestar para el futuro

Debemos entender, cada situación es única y las decisiones que tomemos en relación a la salud de nuestras finanzas son en realidad muy personales y siempre están en relación a nuestras circunstancias. Los pasos que tomemos hacia un fortalecimiento de nuestras finanzas dependen de cada uno de nosotros.

Cómo manejar tus finanzas personales:

Existen 6 claves para desarrollar finanzas personales sanas:

• Presupuestar
• Establecer metas financieras
• Manejo de deuda y créditos
• Ahorro
• Inversiones y gestión de riesgo
• Seguros y pensiones

Manejar un presupuesto

¿Qué piensas cuando hablamos sobre presupuestar?

Crear un presupuesto implica no sólo dinero, sino saber cómo utilizaremos ese dinero para tener lo que necesitamos y aquello que es importante para nosotros. No hay nada más estresante que no saber cómo solventar un gasto que no podemos pagar. Presupuestar significa identificar en primer lugar las fuentes de ingreso disponibles para determinar nuestros gastos y objetivos personales. Pero, ¿podemos fijar un presupuesto y garantizar que sea suficiente?

Los primeros pasos:

1. Evaluar nuestros valores personales, ¿cómo vivo? ¿cómo me gustaría vivir? ¿cuáles son mis objetivos de vida? ¿cuáles son mis objetivos financieros? ¿cómo es mi relación con el dinero, la deuda, los ahorros y los gastos?
2. Priorizar nuestros valores. Ordénalos en importancia: ¿quieres no endeudarte nunca? o ¿poder ahorrar en caso de una eventualidad y emergencia?
3. Establecer tus metas. ¿qué es lo que realmente quiero alcanzar?
4. Distinguir entre necesidades y deseos. ¿Qué necesitas para vivir y completar tus metas en relación a lo que sería increíble tener, pero que no necesariamente es indispensable para esas metas?

Un presupuesto realista debe tener en cuenta lo que es importante para ti y pueda funcionar en las diferentes etapas de tu vida. Planear el ahorro y los gastos se centra en evaluar nuestros valores, prioridades y objetivos. 

Al evaluar nuestros ingresos debemos incluir todas las fuentes: el salario de trabajador, el trabajo como profesionista independiente, el apoyo familiar financiero, pensiones alimentarias, regalos, retorno de impuestos o inversiones. Adicionalmente, debemos estar al tanto de las regulaciones financieras de nuestro país o comunidad.

¿Cómo hacer el presupuesto mensual?

1. Identifica tus recursos financieros
2. Calcula tus ingresos mensuales
3. Prioriza lo que es más importante para ti y haz una lista de gastos. Los gastos puedes dividirlos en a) gastos fijos, b) gastos variables, c) gastos discrecionales. Los gastos fijos son aquellos necesarios y que no podemos evitar y cuya suma mensual no cambiará; por ejemplo, el pago de la renta, impuestos, pensiones alimentarias, las mensualidades de un préstamo o las primas de un seguro. Incluye todos los gastos cuyo total sea fijo y constante cada mes. Los gastos variables generalmente son necesarios e imposibles de evitar, pero la cantidad que debes pagar puede variar entre un mes y otro; estos gastos pueden ser, luz, gas, agua, alimentos, transporte, medicamentos, pagos de la tarjeta de crédito, gasolina, vestido, y el plan de tu celular. Por último, los gastos discrecionales son los que podemos evitar pues se trata de gastos superfluos, de lujos o que darían gusto; estos gastos pueden ser el cine, conciertos, cenas, actividades de recreación, regalos y vacaciones. Este rubro de los gastos debe ser el menor de todos para poder alcanzar nuestros objetivos financieros.
4. Compara tus ingresos y tus gastos. Verifica que tus ingresos puedan efectivamente, cubrir tus gastos. Si tu presupuesto indica que tus ingresos son mayores, tienes un presupuesto positivo o excedentario, lo que es una buen noticia. Si cuentas con ello, puede servirte para incrementar tus ahorros o realizar inversiones. Si en tu presupuesto los gastos exceden tus ingresos, tienes un presupuesto deficitario. Esto significa que no cuentas con el suficiente recurso para cubrir los gastos. El primer paso para resolver esto, sería ir a los gastos discrecionales de tu presupuesto, pues estos son los que puedes ajustar para recalcular tus gastos. Decide así cuáles eliminar y cuáles reducir. Recuerda que la decisión de tus gastos debe coincidir con tus ingresos disponibles y al hacerlo, también modificarás tus decisiones, actividades y comportamientos.
5. Revisa tu presupuesto constantemente para saber que tan bien has llevado a la práctica tus decisiones. Compara mes a mes tus gastos e ingresos reales con el del presupuesto realizado para identificar problemas o re configurar tu plan.

Tu presupuesto es una herramienta que te permite elegir lo más esencial para ti al tiempo que utilizas a tu favor los ingresos que obtienes. El objetivo principal es hacernos responsables sobre lo que queremos lograr y respetar nuestros objetivos y prioridades.