Conseguir mejores precios: ¿Es válido regatear?

Si cuando compras usas frases como: “¿cuál es el precio mínimo?, seguido de “¿y en cuánto me lo dejas? o “hágame un descuentito para comprarle más”, seguro sabes qué es regatear: lograr rebajas u ofertas por medio de la negociación informal para darle un alivio a tu billetera.

Regatear es una práctica común en República Dominicana, aunque no exclusiva de este país, es un fenómeno sociológico que no discrimina estrato social, aun cuando la clase media es la más propensa al regateo, de acuerdo a Manuel Fernández, asesor financiero.

“Aunque lo he visto en todas las clases sociales, es extraño que alguien en una tienda Louis Vuitton u Oscar de la Renta, por citar algunos ejemplos, regatee. Es algo que se ve más en ‘abájate boutique’ (tiendas de segunda mano)”, explica Fernández.

Sin embargo, regatear no es algo que se les dé con facilidad a todas las personas. Hay que tener ciertas habilidades de negociación o comportamientos aprendidos, además de conocer el producto y saber elegir el momento preciso.

“Hay que ser atrevido, ‘labioso’, saber de precios y del artículo que se está comprando”, detalla el experto en finanzas personales, al recordar que cuando se trata de regatear no todos los productos aplican y tampoco todos los precios son negociables.

Entonces, ¿cuándo vale la pena regatear? Para Fernández la respuesta varía en función de la envergadura del descuento, aunque admite que hay personas que con pequeños descuentos se conforman.

Pero, en términos generales, si usted ve la oportunidad de obtener un producto a un mejor costo tiene luz verde para regatear y así conseguir un precio menor que el ofrecido originalmente por el vendedor.

Las posibilidades de obtener una reducción del precio aumentan cuando usted logra hablar directamente con el dueño del negocio, sin intermediarios. O en su defecto, con el encargado directo de la tienda.

De acuerdo a varios comerciantes consultados, el regateo suele darse mucho en el sector informal, en donde los compradores tratan de negociar el precio real del artículo o servicio.

En este punto, Fernández indica que el regateo también es un tema de conciencia, ya que no debería aplicar a los pequeños comercios, debido a que estas empresas no tienen la fortaleza financiera de las grandes cadenas de tiendas y por ende, añade, sufren mucho tener que rebajar sus márgenes de beneficios para captar clientes.

“Yo tengo por política no pedir descuento ni coger fiado en los negocios de mis amigos”, comenta Fernández, al subrayar que prefiere pagar en efectivo para ayudarles a crecer.

Pero más allá de si es o no una mala práctica de negociación o una forma de obtener mejores beneficios y precios atractivos, el vendedor debe tener claro cuál es el margen de ganancia para que no salga perdiendo, sino que logre captar nuevos clientes y aumentar sus ventas sin que le perjudique.

O sea, no debe rebajar más de lo debido, sino que debe contemplar su costo de producción, y, por otro lado, usted como comprador deben saber cuál es el presupuesto con el que cuentan para adquirir un determinado artículo.

Recuerde que, aunque le ofrezcan un “buen” descuento, si no necesita ese artículo no lo compre, priorice antes de iniciar un regateo.

¿En cuáles compras regatear?

En casi todo. Las limitaciones varían en función del tipo de establecimiento, el producto y su precio, así como del vendedor y el comprador. Por ejemplo, si usted va al supermercado probablemente no le darán descuentos solo porque usted se lo pida.

Pero cuando se trata de comprar un vehículo (sea nuevo o usado), contratar servicios para remodelar su casa o en lugares en donde venden artículos de segunda mano o compraventas el saber regatear puede significar un ahorro sustancial para su economía personal.

Estrategias…

  1. Compare precios. Para pedir reducciones en el precio con base real y conocimiento de causa. Procura hacer ese sondeo en sus compras más importantes.

  2. Cliente fiel. La fidelidad tiene sus beneficios, pues las posibilidades de lograr un descuento incrementan cuando el vendedor sabe que usted es un cliente frecuente.

  3. Algo a cambio.Una forma de lograr su cometido es brindar, por ejemplo, pagar en efectivo en vez de tarjeta, comprar más unidades en vez de una o pagar en plazos más cortos a cambio de rebajas.

  4. Mostrar “desinterés”. Cuando se muestra mucho interés para conseguir un producto, es menos probable que obtengas descuentos.

  5. Prepárese. Si usted es el vendedor prepárese para cuando su cliente le le pida rebajas. Sepa cuál es el mejor precio y hasta dónde puede dar su ‘brazo a torcer”.

  6. El qué dirán. Si quieres obtener precios más bajos en sus compras olvídese de las opiniones de la gente, pues el hecho de que usted regatee no significa que no puedes pagar por ese precio.

  7. No todo es dinero. Si en el regateo usted no consigue rebaja en el precio, puede optar por tratar de lograr mejores condiciones de pago, plazos, o servicios extras.

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