Pobreza mental: Un ancla contra la prosperidad económica

“La costumbre hace ley”, reza una popular frase. De ahí que los hábitos (buenos o malos) no deben ser subestimados, pues estos influyen en el estado físico y emocional y, hasta en la salud financiera de una persona. Por ello, la pobreza mental, aquella que no guarda relación directa con la carencia monetaria, puede ser un ancla que le impide avanzar hacia la prosperidad económica.

Según la psicóloga financiera, Mónica Báez, la pobreza mental es el resultado de sesgos cognitivos que se originan en el entorno, la cultura y la crianza, así como la relación del individuo con el dinero. Esto, a su vez, puede dificultar la toma de decisiones adecuadas y en la planificación a largo plazo, llevando a decisiones impulsivas y falta de autocontrol en el manejo de las finanzas personales y familiares.

Báez indica que este conjunto de creencias erradas, que llevan a las personas a estancarse, no discrimina estatus sociales.

“Una persona con mucho dinero puede tener sesgos de pobreza y carencia”, recalca a elDinero. Agrega que ese pensamiento pesimista limita la capacidad de buscar oportunidades económicas y el acceso a recursos financieros.

Detalla que las personas que experimentan pobreza mental pueden tener dificultades para establecer metas financieras realistas, seguir un presupuesto o resistir la tentación de gastos innecesarios. Esto puede resultar en una acumulación de deudas, falta de ahorros y dificultades para salir adelante económicamente.

“No hay salud sin salud mental y no hay salud financiera sin una adecuada regulación mental y emocional”, recalcó Báez, al indicar que las finanzas disfuncionales impactan negativamente el estado de ánimo de las personas.

Subraya que es importante abordar la pobreza mental a través de la educación financiera y el desarrollo de habilidades cognitivas para mejorar la toma de decisiones y el manejo de las finanzas personales.

¿Cómo identificarla?
Para saber si alguien la padece solo se debe mirar sus consecuencias con respecto al dinero, si son negativas, pudiese haber sesgo de cognición de carencia o pobreza. Al respecto, Pamela Pichardo, asesora financiera, sostiene que existen ciertas costumbres que determinan la abundancia o riqueza mental de una persona.

Cita que la costumbre de medir todo en dinero y autocompadecerse son signos de pobreza mental que pueden impactar las relaciones personales y la capacidad para forjar una carrera exitosa. “Es importante cambiar estos patrones de pensamiento para abrirse a nuevas oportunidades y encontrar la verdadera riqueza en la vida”, resalta Pichardo.

Otras conductas son querer ahorrar en todo. Pichardo indica que si usted siempre es de los que busca en la sección de rebajas o está regateando el precio todo el tiempo, ni deja la más mínima propina a un camarero o vive comparando su salario con el de otros compañeros de trabajo, está dando señales de que la pobreza ha hecho nido en su persona.

Según los analistas, la búsqueda constante de ahorro en todos los aspectos dista mucho de ser un indicio de una gestión financiera prudente; por el contrario, revela la incapacidad de equilibrar los ingresos y gastos. Mantener un balance en la vida resulta fundamental.

“No todo puede ser destinado al ahorro, pero tampoco se puede permitir un derroche desmedido. Un hábito de ahorro exitoso implica recompensarse de vez en cuando para mantener la motivación en esta nueva forma de vida que se está adoptando”, enfatiza.

Aspectos a considerar

  1. Cambio. Inicie sustituyendo pensamientos de miseria y pobreza aprendida en su entorno por los de prosperidad.
  2. Educación. La herramienta más poderosa para transformar la mente y tomar sabias decisiones se llama educación.
  3. Estabilidad. No importa cuánto dinero usted gane. Lo fundamental es ajustar su vida a su nivel de ingresos.

Telenord.com

El Nordeste a tan solo un click

Servicios

  • Television
  • Internet
  • Publicidad

Grupo Telenord

  • Acerca De
  • Sostenibilidad
  • Contacto
  • Terminos de Servicio
  • Politicas de Privacidad