8 consecuencias de usar demasiadas cremas para la piel

En ocasiones, signos como resequedad, descamación, enrojecimiento o brotes repentinos de acné, pueden ser consecuencia de usar demasiadas cremas para la piel. Pero, ¿cuánto es demasiado y cómo se deberían aplicar tales productos? La respuesta no resulta sencilla, ya que cada persona, clima y cosmético son diferentes.

Tipos de cremas para la piel
En el mercado, cada día aparecen más y más cosméticos, ofreciendo distintas y novedosas propiedades. Desde lociones para recuperar la elasticidad pérdida e hidratantes antipolución, hasta sérum para pestañas y calcetines exfoliantes que eliminan los callos de los pies.

De manera particular, en cuanto a productos para la piel, hay varias clases de cremas, de acuerdo con su uso o finalidad. Entre ellas tenemos:

hidratantes y humectantes
productos para exfoliar
para remover maquillaje
protectores solares
blanqueadores y quitamanchas
control de grasa
antiarrugas
reafirmantes
para rejuvenecer la piel
antiestrías y anticelulíticas
con nutrientes
para dar brillo
Esto sin dejar de mencionar que, cada una de ellas, puede clasificarse para piel seca, grasa o mixta. Aunque hay algunas que combinan distintos usos; por ejemplo, protectoras solares que son hidratantes a la vez.

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8 consecuencias de usar cremas en exceso
Ante tanta variedad de productos, como acabamos de ver, es posible que a veces se nos pase un poco la mano al comprarlos y usarlos. También influye el hecho de que el aire es más seco, en determinadas épocas del año, lo que incrementa la necesidad de aplicar hidratantes.

Aunque deberíamos saber que no por ello estaremos más protegidos. Y es que sea cual sea la razón por la que lo hacemos, podrían aparecer algunas consecuencias por utilizar demasiadas cremas para la piel, tales como las que veremos a continuación.

1. Pérdida de humectación natural
Si nos ponemos mucha crema humectante, todos los días, la piel percibe que ya tiene agua, lípidos y proteínas suficientes. Entonces, es posible que con el tiempo disminuya su actividad en cuanto a producir humedad, de manera natural (autohidratación).

Al respecto, investigaciones señalan que el remojo del estrato córneo conduce a la extracción de las moléculas del factor de hidratación natural presente en la capa superior, lo que puede influir en sus propiedades moleculares y provocar una piel quebradiza y seca.

2. Resequedad
Muy relacionado con el punto anterior, la excesiva hidratación degenera en resequedad, aunque parezca una contradicción. Esto se observó en un experimento, donde se aplicó loción a sujetos voluntarios en un solo brazo, durante varias semanas. No obstante, el brazo que estaba sin tratar mostró menos signos de resequedad.

3. Piel escamosa
La resequedad puede llevar a la descamación. De esta manera, se produce pérdida y desprendimiento de la capa más externa de la piel, viéndose a su vez interrumpido el proceso de regeneración cutánea.

4. Piel áspera y agrietada
De acuerdo con lo que se señala en las investigaciones, cuando existe una disminución abrupta de la humedad, sobre todo durante los meses de invierno, es probable que estos procesos contribuyan a la aparien­cia áspera y al agrietamiento de la piel en las áreas expuestas (por ejemplo, las manos).

5. Ineficacia de la barrera protectora
Por todo lo anterior, la piel tenderá a ser menos eficaz en su función protectora. Es posible no solo que haya inflamación, sino que incluso se pueden producir heridas, abriendo la puerta a patógenos y dando paso infecciones.

6. Acné y poros obstruidos
Otra de las posibles consecuencias de usar demasiadas cremas para la piel es que, se obstruyen los poros por acumulación de residuos de los mismos productos. Esto puede contribuir con la aparición de acné, sobre todo en personas con predisposición.

De hecho, en una revisión de 2020 se señala, entre los factores que influyen en el acné, el uso inadecuado de cosméticos aceitosos; también se encontró que existen vínculos potenciales entre este problema y la limpieza excesiva de la piel.

7. Otras reacciones cutáneas
Y aún hay otras posibles manifestaciones cutáneas, tales como el enrojecimiento de la piel, escozor y eczema irritativo, como respuesta a la exposición reiterada a algunos de los componentes de los cosméticos utilizados.

8. Mal funcionamiento de los productos
En otros casos, la combinación de ingredientes de los productos puede hacer que estos pierdan eficacia. Por ejemplo, esto sucede si aplicamos al mismo tiempo retinol con vitamina C y alfa hidroxiácidos. Para evitarlo, hay que saber cuáles usamos, ya que no todos van bien cuando están juntos.

¿Cuánto y cómo aplicar cremas para la piel?
No existe una medida exacta, que sea considerada como empleo excesivo de cremas para la piel. La cantidad, o aun la variedad de productos, depende del grado de sequedad de la piel, la estación del año, el clima y si hay enfermedades cutáneas.

Al respecto, la Academia Española de Dermatología y Venereología señala que en invierno es recomendable hidratar a diario; pero los pacientes con alguna clase de dermatosis deben hacerlo varias veces al día.

También sugieren prestar particular atención a las zonas que están más expuestas; ya que son bastante sensibles, tales como: la cara, cuello, manos, labios, entre otras partes.

Adicional a esto, sugieren el uso de productos más líquidos para la piel grasa, pues tienden a absorberse más rápido; en tanto que las cremas van mejor para personas de piel seca.

Por su parte, la Asociación Americana de Academias de Dermatología también da algunos consejos, tales como aplicar los hidratantes después del baño, cuando la piel está húmeda; y evitar los cosméticos con alcohol, conservantes y perfumes.

Otras recomendaciones, de carácter general, son las siguientes:

Aplicar los productos realizando movimientos suaves, sin frotar de manera brusca.
Hay que prestar atención a las zonas que tienden a resecarse más, como es el caso de los codos.
No hay que esperar que la piel esté demasiado seca para comenzar a usar cremas; es mejor prevenir.
Hay que buscar un hidratante adecuado para nuestro tipo de piel.
En cuanto a la cantidad, no debería ser demasiada; lo ideal es aplicar una capa fina, que se absorba sin tardar mucho.
Se pueden emplear varias clases de producto, según la necesidad; sin embargo, lo mejor es alternar, para que no interactúen los componentes ni haya irritación, por uso recurrente.
De preferencia, se debe comenzar con los productos de consistencia más líquida; dejando de último los espesos o grasosos.
En caso de seguir algún tratamiento, primero hay que aplicar los productos de higiene, luego los medicamentos que se hayan recetado y, por último, las cremas hidratantes.
Opciones naturales
Debemos recordar que utilizar demasiadas cremas para la piel, no va a potenciar su efecto. Además, el cuerpo solo absorbe una cantidad, según su capacidad. De modo que, si abusamos, estaríamos más bien malgastando el dinero.

Hay que señalar que otras hay maneras de evitar incurrir en excesos. Por ejemplo, podemos usar productos naturales, aplicando mascarillas a base de papaya o de aguacate, y aprovechando los beneficios de la clara de huevo para la piel, entre otros ingredientes; en lugar de abusar de los productos cosméticos.

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